Estar en cuclillas es, literalmente, adoptar la postura de una gallina clueca. Hacia la segunda mitad del siglo XVI se dec?a en cluquillas, y antes aún, se había dicho en cloquillas, derivado de clueca, por ser ésta la posición que adopta la gallina para empollar sus huevos.
El siguiente ejemplo de uso de una de las formas más antiguas pertenece a Vida del escudero Marcos Obregón (1587), de Vicente Espinel:
"Tornéme a mi rinconcillo -aunque no maniatado- y púseme en cluquillas las dos manos en el rostro y los codos en las rodillas, por que no me conociese el músico, pensando en mil cosas".
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