Observando el movimiento de los músculos de la parte superior de la pierna al contraerse y relajarse, los antiguos romanos lo compararon con un ratoncito que va y viene, y adoptaron para denominarlo la palabra musculus, diminutivo en latín de mus 'ratón', que llegó al castellano como músculo.
Con el tiempo, el uso de este vocablo se fue extendiendo para denominar a todos los músculos del cuerpo, mientras que para la parte superior de la pierna, se fue reservando la voz muslo, derivada de músculo.
|