Según el Diccionario es la “persona que da testimonio de algo” o “la que presencia o adquiere conocimiento directo y verdadero de algo”. Proviene del latín testis ‘atestiguar’, que procede, a su vez, del prefijo tris-, de las lenguas prehistóricas indoeuropeas, el mismo que también da origen a la voz inglesa tree ‘árbol’. La idea subyacente hace referencia a un tercero que está al margen de un convenio entre dos personas, como si fuera un árbol, de modo que está en condiciones de actuar como testigo imparcial. Desde los tiempos más remotos, la principal función de los testigos era asegurar la legitimidad de un testamento*: la voluntad expresada ante testigos por una persona para después de su muerte. De testis provienen también testículo* y detestar, que originalmente significaba ‘expulsar a alguien mediante imprecaciones, poniendo a los dioses por testigos’.
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