Pirro, rey de Epiro, era un militar famoso por su dominio de la estrategia militar. En 281 a. de C., recibió un pedido de ayuda de la colonia griega de Tarentum, hoy Tarento (ver tarantela*), que estaba en guerra con los romanos. Pirro acudió al llamado con 25 000 hombres y se enfrentó con los romanos en la sangrienta batalla de Heraklea, en la que obtuvo la victoria a costa de la pérdida de 13 000 soldados. Un año más tarde, volvió a derrotar a los romanos en la batalla de Ausculum, en la provincia de Apulia (Puglia), pero nuevamente sufrió pérdidas tan severas que el general victorioso expresó: «Otra victoria como ésta y seremos destruidos». Desde entonces, la expresión victoria pírrica --del griego pyrrikós-- se usa para calificar un triunfo que tiene un costo más elevado para el vencedor que para el vencido.
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