Cruentas batallas entre hombres armados con lanzas, espadas y cuchillos eran comunes en el Río de la Plata hasta la segunda mitad del siglo XIX, cuando la Argentina, el Uruguay y el sur de Brasil se modernizaron para abrir sus puertas al comercio internacional. Esas luchas sangrientas de facciones políticas se llamaban entreveros, una palabra de creación culta formada por los vocablos latinos inter y varios, que denota una mezcla confusa y desordenada.
Podemos ver la crueldad de estas luchas a muerte en este texto de Teresa Lamas de Rodríguez Alcalá (1887-1976):
Muerto su esposo como un héroe en un horrible entrevero al arma blanca, y muertos dos hijos más en un legendario asalto, en Carlos había concentrado todas sus ternuras y todos sus orgullos.
La imagen de una mortífera lucha de este género está expuesta en una plaza del centro de Montevideo, en la escultura El entrevero, de José Belloni.
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