Desde la más remota Antigüedad, la posesión de ganado fue uno de los principales indicadores de riqueza de una familia, de manera que, a partir de la palabra latina pecus 'ganado', 'rebaño' (de donde proviene pecuario), se formó muy temprano pecunia, con los significados de 'riqueza, fortuna'. Los romanos llamaban dies pecuniae al día de pago de alguna deuda y pecunia publica al Tesoro del Estado. Al mismo tiempo, peculium, de donde procede peculio, fue el nombre que se dio en latín a los bienes propios de una persona. El latín pecus procede de la voz indoeuropea peku- 'propiedad mobiliaria'. En castellano es común decir que una persona "vive de su propio peculio" cuando se sustenta con su trabajo o con el rendimiento de sus propiedades. También es habitual que los altos funcionarios se apresuren a aclarar que pagaron un viaje o compraron algún bien con su propio peculio, para que no se los acuse de haberse beneficiado de los privilegios del cargo. Ese es el origen también de pecuniario, relativo al dinero en efectivo, y de peculiar, que significó inicialmente 'relativo al peculio personal' y después extendió su denotación a todo lo que es personal o particular, y de ahí, 'propio o personal de cada persona o cosa'.
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