El origen más remoto que se conoce de esta palabra es el griego plastikós, un adjetivo que se refiere al arte de modelar en cera o arcilla --que los griegos llamaban plasma--, cuyo resultado recibía el nombre de plastos ‘formado’, ‘modelado’, palabras emparentadas con el verbo plassein ‘amasar’, ‘modelar’. En las lenguas modernas, plastic aparece en 1632 en inglés para designar a las artes plásticas; en 1791, como adjetivo que se aplica a aquello que puede ser modelado, y en 1879, como la cirugía tendiente a eliminar cicatrices o a modelar el rostro o los miembros: plastic operation. En español, plástico aparece por primera vez como adjetivo en el Diccionario castellano, de Enrique de Terreros, publicado entre 1765 y 1783, pero como sustantivo no surgió hasta 1950, a lomos de la vertiginosa expansión de los materiales plásticos derivados de hidrocarburos, que, a partir de esa época, se convirtieron en materia prima de millares de productos industriales.
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