Hace cinco mil años, los sacerdotes caldeos conocían la trayectoria de los astros al punto de poder predecir con precisión la fecha de los eclipses, a los que atribuían un significado de desgracia y malos presagios. únicos expertos en los secretos del cielo, estos primeros astrónomos se valían de su saber para atemorizar a la población, aumentando su poder e influencia. Decían que podían adivinar cuándo el Sol se ocultaría detrás de la Luna y cuándo la Luna desaparecería del cielo, cubierta de sombra.
No sabemos cómo los caldeos denominaron al fenómeno, pero en los ejércitos de Esparta y Atenas, dos mil quinientos años después del auge de la civilización caldea, se llamaba ekleipon a los desertores, palabra derivada de eklipsis, que significaba 'abandono, desaparición'. A medida que los griegos avanzaron en el conocimiento de los astros, tomaron esta palabra para designar la periódica desaparición del Sol y de la Luna.
En efecto, el verbo griego ekleipsein significaba 'abandonar, dejar, desertar. A partir de él, se formó el sustantivo ekleipsis 'abandono, deserción, desaparición, que pasó al latín como eclipsis, nombre que aparece en nuestra lengua por primera vez hacia 1277, en un libro de Maestro Beraldo, y, más tarde, como eclipsi en el Vocabulario de Antonio de Palencia (1490). En la antigua lengua gallegoportuguesa, hay registros con la forma ecrisi.
Cervantes nos cuenta que Sancho Panza lo llamaba cris, pero don Quijote le enmendó la plana y le explicó que debía decir eclipse:
...el cris del sol y de la luna. Eclipse se llama amigo, que no cris el escurecerse esos dos luminares mayores, dijo D. Quijote.
Volvamos a la palabra griega ekleipsein para investigar su origen más remoto, que se vincula, incluso, con el mundo del crimen. En efecto, ese verbo provenía de un vocablo mucho más antiguo que la propia civilización griega: la raíz indoeuropea leik-, que significaba 'partir' y que dio lugar al término latino linquere 'irse', 'abandonar', 'partir', que está en el origen de delinquir y de delito.
Sebastián de Covarrubias, en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611), explica otro significado de eclipsarse: «...metafóricamente suele significar morírsenos algún príncipe de cuya vida pendía nuestro remedio».
|