El pícaro fue el héroe de la narrativa picaresca española, que tuvo su máxima expresión en El lazarillo de Tormes. Era un personaje sin recursos, que se valía de toda clase de tretas para sobrevivir. Sobre el origen de la palabra, hay dudas. Se ha dicho que los primeros pícaros fueron los soldados españoles que regresaban a la Península después de las campañas en la Picardía francesa. Abandonados a su suerte, para sobrevivir debían desarrollar las artimañas que su ingenio les permitiera. Sin embargo, Corominas pone en duda esta etimología, pues le parece más probable que la palabra provenga del verbo picar, que en cierta época denotaba varias de las tareas desempeñadas por estos personajes, tales como pinche de cocina y picador de toros. Como respaldo de su tesis, el etimólogo catalán observó que pícaro se usaba ya en 1525, aunque con el sentido de ‘pinche de cocina’.
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