Sor, en su significado de ‘monja’, procede del diminutivo italiano sorella, aunque en latín tenía un sentido diferente. En efecto, sorella proviene del latín sŏror, sorōris ‘hermana, de la hermana’. Actualmente, sor se emplea solo como forma contraída de sorella para referirse a una monja, precediendo su nombre.
En los últimos años, ha dado lugar al surgimiento de sororidad, para referirse a la solidaridad entre mujeres, en un contexto de discriminación de género. Cabe observar que, mientras sororidad procede de sŏror ‘hermana’, así como fraternidad proviene de frater ‘hermano’, Las feministas estadounidenses de los años ochenta del siglo pasado usaban sisterhood y sorority para expresar el mismo concepto.
Vale la pena recordar que hace cien años, en 1921, Miguel de Unamuno publicó en la revista argentina Caras y Caretas un texto sobre la tragedia de Sófocles Antígona, en el que proclamaba la necesidad de “inventar” una palabra con ese significado:
[..] ¿Fraternal? No: habría que inventar otra palabra que no hay en castellano. Fraternal y fraternidad vienen de frater, hermano, y Antígona era soror, hermana. Y convendría acaso hablar de sororidad y de sororal, de hermandad femenina.
Casi un siglo más tarde, en 2018, la Academia española incorporó sororidad a la versión en línea de su diccionario.
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