En el año 411, ya debilitado el imperio romano, diversos grupos germánicos invadieron la Galia y cruzaron los Pirineos, iniciando así la invasión de Hispania. Eran guerreros saqueadores que fueron ocupando diversas regiones de la provincia; los suevos dominaron la Gallaecia (Galicia), los vándalos cruzaron hacia el sur y luego volvieron a la Galia y los godos dominaron todo el territorio. En pocas décadas, impusieron sus reyes y gobernaron toda la provincia, pero fueron asumiendo las costumbres locales, abandonaron arrianismo para adoptar el catolicismo y adoptaron los dialectos latinos locales, aportando a la provincia muy poco de su cultura.
Incorporaron a los dialectos hispánicos algunas palabras, en su mayoría relativas a la guerra. Protegían sus campamentos apostando vigías o centinelas que llamaban wardja, palabra derivada del germánico prehistórico wardon ‘seguir con la vista’, ‘vigilar’, ‘prestar atención’.
En italiano, wardja dio lugar al verbo guardare ‘mirar’ y en francés, a regarder ‘mirar’, así como en inglés a to guard, del mismo significado.
En castellano, dio origen a guardar, así como a guardia, guardián y vanguardia (v. vanguardia) entre otros.
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