El ornitorrinco (Ornithorhynchus anatinus), un animal semiacuático oriundo de Australia y Tasmania, es uno de los pocos mamíferos ovíparos que existen hoy (Los otros son las equidnas y los monotremas, de los que nos ocuparemos próximamente). Es proverbial lo extraño de su aspecto, del tamaño de un gato doméstico, con un hocico que se parece al pico de un pato, cola larga, ancha y aplanada como la del castor y patas semejantes a las de la nutria. El macho tiene un espolón en las patas traseras, por el que expele un veneno que suele causar intenso dolor local. Los primeros naturalistas europeos que vieron ejemplares del animal pensaron que se trataba de un fraude, tan extraño les pareció.
Su nombre proviene del latín científico ornithorhynchus, y este del griego ὀρνιθοs (ornithos) ‘ave, pájaro’ y ῥύγχος (rýnkos) 'hocico'. En inglés, es conocido como platypus, palabra también tomada del griego πλατύς (platýs) ‘plano, llano, chato’ y πούς (poýs) ‘pie, pata’.
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