En los antiguos reinos germánicos, las fronteras de los feudos estaban delimitadas por hitos o mojones llamados mark ('marca'), palabra proveniente del germánico merken 'anotar', 'marcar'. En esos reinos eran figuras importantes los señores que cuidaban las fronteras, los margraves, vocablo compuesto por mark y por graf 'conde'.
En la Baja Edad Media, el vocablo germánico se introdujo en el latín hablado en Francia, lengua en la cual dio lugar a las palabras que más tarde llegarían al castellano como marqués, comarca y demarcar. En efecto, en la antigua lengua de Provenza se llamó marqués al 'jefe de un territorio fronterizo', equivalente, por tanto, al margrave alemán.
Origen semejante tiene el nombre, conocido en castellano desde el siglo XI, de la antigua moneda alemana marco, formado a partir de otra acepción de mark: 'signo' o 'patrón'.
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