La base prehist&óacute;rica indoeuropea genu-, que significaba 'rodilla', no entr&óacute; en nuestra lengua como nombre de esa parte de la pierna, pero sí está presente en la forma como llamamos al acto de arrodillarse: genuflexi&óacute;n, del latín genu flexio 'doblar la rodilla'.
Otra de las palabras derivadas de genu- es genuino. Proviene de una antigua costumbre de los etruscos, heredada por los romanos, por la cual un padre ponía a su hijo recién nacido sobre la rodilla para expresar que lo reconocía como suyo, o sea, declararlo genuino.
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