Planta herbácea de la familia de las solanáceas, sin tallo. Ha sido usada en medicina como narcótico, y muchas fábulas han circulado a lo largo de la historia acerca de sus propiedades.
Considerada desde la Antigüedad como una planta dotada de misteriosos poderes y propiedades milagrosas, conocida en los dominios de la magia y la hechicería, la mandrágora (Mandragora officinarum o Mandrágora autumnalis) tomó su nombre del latín mandragora y este, del griego μανδραγόρας (mandragóras) ‘dañino para el ganado’.
Los médicos de las cortes faraónicas y los discípulos de Hipócrates ya conocían la mandrágora y aprovechaban sus propiedades eméticas, sedantes e hipnóticas, que se usaron hasta el siglo xviii.
Dos características de la planta fortalecieron la creencia en sus poderes mágicos: la forma de su raíz, en la que muchos ven un cuerpo humano con sus extremidades, que contiene potentes alcaloides, como escopolamina, atropina y hioscimina, también presentes en el estramonio.
La apariencia antropomórfica de su raíz llevó a muchos a creer que la mandrágora era una especie de embrión humano al que se podría dar vida si se procedía con cautela y se seguían rigurosamente las instrucciones trasmitidas de generación en generación. La planta debía arrancarse de la tierra, atada a una cuerda tirada por un perro negro en una noche de luna llena, pues si se la arrancaba sin respetar esas condiciones, lanzaba un grito que enloquecía o mataba a quien lo oía. Una vez arrancada con las debidas precauciones, la mandrágora tenía poderes mágicos como filtro de amor y afrodisíaco, además de sus propiedades para tornar fecundas a las mujeres estériles, como relató el dramaturgo griego Alexis en su comedia Mandragodixomene y, casi dos milenios después, Nicolás Maquiavelo en su comedia La mandrágora.
El nombre de la planta está registrado en el diccionario de Nebrija como mandrágula y fue incluido en el Diccionario de autoridades como mandragora, de acentuación llana. La planta es conocida en italiano como mandragola, en francés, como mandragore y en inglés, como mandrake.
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