Significa 'referente a los sueños' —tomado en el sentido de 'soñar', no en el de 'dormir'— y es un cultismo proveniente del griego oneiros 'sueño', incorporado al castellano en la primera mitad del siglo XX. Se vivía por entonces un período de auge del psicoanálisis freudiano, disciplina que introdujo la interpretación de los sueños como una herramienta del estudio de la mente humana. Por esa razón, onírico ingresó por primera vez al diccionario de la Academia solo en 1930, aunque Corominas señala que ya en 1900 se verificaba el empleo de oniromancia 'adivinación por medio del estudio de los sueños', formada por oneiros, seguido por el elemento compositivo griego manteia 'adivinación', como en quiromancia, formada con kheir 'manos', o en cartomancia 'adivinación por medio de las cartas'.
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