En la Canción de Rolando (Chanson de Roland), un poema épico que representa una de las primeras expresiones de la literatura de la lengua francesa, se empleaba la palabra rompre con el sentido de ‘romper’, ‘dividir’ un ejército o una fuerza enemiga. Este antiguo verbo francés dio lugar al sustantivo rote, que hacia el siglo XII denotaba una ‘cuadrilla’ o un ‘grupo de hombres, generalmente armados’. Del sustantivo rote se derivó otro verbo, desroter, que significaba ‘desbandar’, ‘dispersar’, a partir del cual, algunos siglos después, se formaría el sustantivo déroute ‘desbandada’. Al cruzar los Pirineos y llegar a la Península Ibérica a fines del siglo XVI, déroute se cruzó con la palabra castellana ‘rota’, la misma que usamos hoy como participio del verbo ‘romper’, pero que en aquella época se usaba también con el sentido de ‘revés militar’, y del encuentro de ‘rota’ con déroute, se formó el vocablo derrota. Es preciso mencionar que una palabra homónima, de origen diferente, ya existía en castellano con el sentido de ‘rumbo’, pero hoy es anticuada y sobrevive apenas en palabras como derrotero.
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