Este vocablo, proveniente del latín occasus, se aplica exclusivamente a la puesta del sol o de otro astro, aunque no es raro que, por analogía, se lo utilice para referirse a la fase final de la vida de una persona. La palabra latina es el participio pasivo del verbo occidere ‘morir’ (y, en sentido figurado, ponerse el sol), del cual se formó también el sustantivo occidente, registrado en español desde 1438.
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