Llámase así el flujo de sangre que corre debido a la ruptura de un vaso. La hemorragia será venosa si el vaso roto es una vena o arterial si se trata de una arteria. En el primer caso, la sangre es de tonalidad oscura y va hacia los pulmones para recibir oxígeno; en el segundo, se trata de sangre de un rojo vivo y viene de los pulmones para distribuir oxígeno en los tejidos de todo el cuerpo. La palabra proviene del latín hæmorragia, tomada del vocablo griego haimorrhagia, formado con haima ‘sangre’ y un derivado del verbo rhegnunai ‘romper’, ‘reventar’, ‘derramar’. En nuestra lengua abundan las palabras derivadas de haima: hemoglobina, hemólisis, hemorroide y muchas otras, en su mayoría del área médica, pero también ajenas a ella, como hematina, un tipo de mineral de hierro que significa, literalmente, ‘sangre que parece piedra’.
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