En 1898 el patólogo inglés Ronald Ross descubrió que la malaria era causada en el ser humano por las picaduras del mosquito anófeles, mediante las cuales inocula en el organismo uno de los tres tipos de protozoario que ocasionan la dolencia: el Plasmodio vivax, el malariæ y el falciparum. Hasta entonces se creía que la malaria era trasmitida por el aire, como explica su nombre, que deriva de la locución italiana mal aria ‘mal aire’. El otro nombre de la enfermedad, paludismo, proviene del latín palus ‘laguna’, ‘estanque’, ‘pantano’, pues se creía que era el aire de esos lugares el que causaba el mal y no los mosquitos que proliferan en las aguas estancadas. Palus dio origen también al nombre del puerto de Palos de Moguer, situado en las marismas onubenses, de donde Cristóbal Colón partió en 1492.
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