Se deriva del latín vulgar escharosus, que significaba ‘cubierto de escharas’ (escaras o costras). A su vez, escharas se formó a partir del griego eskharas ‘estufa de leña’, ‘brasero’, que más tarde pasó a denotar la ‘costra causada por una quemadura’. De allí surgió el término médico español escara, registrado en nuestra lengua desde 1578. Uno tiende a pensar que asco tiene el mismo origen que asqueroso y que una palabra se deriva de la otra, pero no es exactamente así: asco parece proceder de un antiguo vocablo del romance español, usgo ‘odio’, derivado a su vez del latín vulgar osicare ‘odiar’. Se cree que en cierto momento del siglo XIII, probablemente en los poemas de Berceo, usgo adoptó la forma asco bajo la influencia de asqueroso, y a partir de entonces, ambas palabras se abrieron camino juntas en el español moderno.
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