Se llama así a un error de sintaxis, a una falta cometida contra las normas de cualquier idioma. Existen muchos solecismos, puesto que se trata de un nombre genérico que se puede aplicar a cualquier tipo de error sintáctico. La palabra proviene del latín solœcismos, que se formó a partir del griego soloikismós ‘falta a las reglas del idioma’, palabra derivada de soloikos ‘que habla en forma incorrecta’. Soloikos tomó su nombre de la colonia ateniense de Soloi, en Cilicia, donde se hablaba un griego que --decían los atenienses-- había sido corrompido, debido a la presencia de numerosos metecos (habitantes de origen extranjero, sin derecho a la ciudadanía).
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