Archipiélago situado a ochenta kilómetros de la costa del estado norteamericano de Florida, descubierto en el primer viaje de Cristóbal Colón. Conquistadas por los ingleses en el siglo XVIII, las Bahamas se independizaron en 1973. Las islas Bahamas son conocidas como un paraíso fiscal donde buscan guarida capitales fantasmas oriundos de la corrupción, de la evasión de impuestos y, a veces, de cosas peores, pero muchos ignoran que una de estas islas alguna vez se llamó Guanahaní, precisamente hasta el 12 de octubre de 1492, cuando Cristóbal Colón la rebautizó San Salvador tras desembarcar en ella y poner así el pie por primera vez en el Nuevo Mundo. A la llegada del Descubridor, las Bahamas se llamaban Lucayas por la tribu de pacíficos indígenas que las habitaban, los lucayos. Según los relatos del Descubrimiento, uno de los elementos que más llamó la atención del navegante genovés fue la escasa profundidad de las aguas, por lo que bautizó a las Lucayas como islas de la Bajamar. Ambos nombres coexistieron mientras el archipiélago permaneció en manos de la Corona española durante casi un siglo y medio. Pero los ingleses codiciaban las islas, pues las querían convertir en enclave estratégico para proteger sus colonias en la América del Norte. Finalmente, en la primera mitad del siglo XVIII, los súbditos de Carlos I se apoderaron de las islas de la Bajamar y adaptaron el nombre del archipiélago a su lengua, llamándolas Bahamas Islands. Más tarde, nosotros, los hispanohablantes, ignorantes del origen del nombre, lo retradujimos y hoy las llamamos islas Bahamas.
|