Vocablo de uso culto, raramente usado en el lenguaje coloquial, significa bastante, muy, mucho. El diccionario de la Academia remite acertadamente al lenguaje poético, pero los corpus atestiguan numerosos casos en la prosa culta: Un trabajo asaz repetitivo, meramente subalterno (Luis Riaza, 1976, CREA).
La palabra nos llegó desde el francés assez, formado a su vez a partir de un latín vulgar adsatis, procedente del latín clásico satis ‘bastante’, ‘suficiente’ con anteposición de la preposición ad. Este vocablo latino, en composición con el verbo facer ‘hacer’ formó también en latín el verbo satisfăcĕre ‘satisfacer’, ‘pagar’, ‘cumplir un deber’.
Corominas (1980) sostiene, sin proporcionar más datos, que en realidad asaz nos llegó desde el occitano antiguo assatz, del mismo significado, lo que no es imposible.
En todo caso, adsatis dejó su huella asimismo en el italiano assai y en el portugués assaz, que también pertenece al lenguaje culto.
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