El bazo es un órgano de consistencia semejante a una glándula, aplanado y oblongo, situado en la región superior izquierda del abdomen, en contacto con el páncreas, con el riñón izquierdo y con el diafragma. Bazo aparece en español como adjetivo hacia comienzos del siglo XIV, con el significado de ‘moreno tirando a amarillo’, probablemente a partir del latín badius ‘rojo’. En poco tiempo, la palabra pasó a designar al órgano, dado el color que presenta por ser un reservorio de sangre. Se dejó así de usar la palabra latina splen, splenos, proveniente del griego splenikós, que le había dado nombre hasta entonces. Sin embargo, este origen ha dejado rastros en la lengua española en vocablos como esplénico (relativo al bazo) o esplenomegalia (agrandamiento del bazo). La palabra latina sobrevivió también en inglés, idioma en el cual el bazo se llama spleen. Y sin pretender agotar las derivaciones de este término, vale la pena mencionar que la forma inglesa arriba mencionada volvió a entrar al castellano con otro significado: esplín, que significa ‘melancolía’, porque antiguamente se creía que la sede del humor melancólico estaba en el bazo.
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