Es el nombre del dosel o tapiz que, en las procesiones religiosas, se levanta sobre cuatro palos para cubrir como un techo móvil los objetos considerados sagrados. Pero fue necesario un desarrollo de unos dos mil años hasta llegar a ese significado.
En efecto, palio proviene de la palabra latina pallium). Primero la empleó Cicerón para designar el manto con que se cubrían las mujeres griegas y, más tarde, el poeta Marcial para nombrar una prenda que hombres y mujeres solían usar por encima de toda la ropa.
En la Edad Media, se llamó pallio o palleo un manto cuadrangular que los cristianos usaban para distinguirse de los gentiles, que a veces podía ser muy lujoso. En un documento de Oviedo, del año 857, citado por Rafael Lapesa (2010) se menciona un palio de seda tejida con hilos de oro y plata.
ornamenta aurea, argentea et aurotexta, pallia et siriga multa.
Pallium se formó a partir de palla, nombre de un manto largo más antiguo, que las mujeres se colocaban sobre toda la vestimenta. Palla, a su vez, se originó en el latín pellis y este, en el griego pallo, palabras usadas para designar el cuero o la piel de los animales. De pellis se derivaron también piel , peletero y sobrepelliz, entre muchas otras palabras.
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