Llamamos así a un hombre lascivo o mordaz, aunque esta última acepción es mucho menos frecuente. En Costa Rica, además, un sátiro es un hombre maduro que tiene un amorío con una mujer mucho más joven, y en el Río de la Plata, es un violador o acosador de mujeres.
Todas esas acepciones se derivan del significado originario de esta palabra: en la mitología griega, los sátiros eran divinidades silvestres con la apariencia de un hombre con barba, pero que lucía cuernos, patas y cola de macho cabrío. El nombre proviene del latín satyrus, que se originó, a su vez, en el griego satyros. La palabra sátiro ya aparece en el diccionario de Nebrija para designar al semidiós griego.
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