Del latín vīrus, 'jugo, veneno'. Un virus no es propiamente una sustancia viva; es un compuesto químico que, en determinadas condiciones, tiene la propiedad de replicarse. Está formado por una cadena de ácido nucleico (ADN o ARN), envuelto en una capa de proteínas. Los antibióticos no ejercen ningán efecto sobre los virus, pero se han desarrollado ciertos medicamentos antivirales para tratar algunas infecciones potencialmente mortales.
La palabra aparece por primera vez en el diccionario académico en 1803 con la definición 'podre, mal humor' (este último entendido como 'secreción'), pero de los virus propiamente dichos nada se sabía aún. Tal como los conocemos hoy fueron descubiertos solo a fines del siglo XIX, por trabajos de varios investigadores europeos.
La definición citada arriba se mantiene en la edición de 1899, pero se agrega otra acepción: 'germen de varias enfermedades, principalmente contagiosas, que se atribuye al desarrollo de microbios especiales para cada una'.
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