Proviene del latín corōna, con el mismo significado —diadema—, que se deriva, a su vez, del griego κορώνη (korone), aplicado a algo de forma curva o, simplemente, de anillo. Se registra por primera vez en nuestra lengua en el siglo XIII, en los poemas de Gonzalo de Berceo.
Las primeras coronas fueron las de laurel, que se otorgaban a los generales victoriosos en Roma. En el Bajo Imperio, se hizo costumbre recoger oro en las provincias para las coronas triunfales de los generales; este oro se llamaba coronarius (sustantivo tomado del adjetivo homónimo, que significaba 'referente o relativo a la corona') y se aplicó, posteriormente, al oro de mayor pureza. El primer monarca coronado fue el emperador Constantino, que convirtió el Imperio romano al cristianismo y refundó Bizancio bajo el nombre de Constantinopla.
Durante la Edad Media, la corona que el papa ceñía a los reyes se convirtió en símbolo de la monarquía. En nuestra lengua, la palabra se fue transformando en sinónimo de la institución monárquica (en este caso se escribe con mayúscula inicial).
Como nombre de un símbolo importante de la sociedad medieval, la voz corona dio lugar en diversas lenguas a otros significados. Así, en distintas épocas se crearon monedas con ese nombre en diversos países: Alemania, Checoslovaquia, Dinamarca, España, Inglaterra, Islandia, Portugal y Suecia.
Hacia los siglos XVI y XVIII, coronaria era el nombre en español de algunas flores con forma de corona, pero también se usó, por lo menos desde el siglo XVIII, para designar cualquier estructura anatómica, ya fuera vena, nervio o ligamento, que envolviese otra, como una corona. Con el tiempo, se fue reservando solo para las arterias que salen de la aorta y se distribuyen por el corazón, rodeándolo como una corona, y para las venas correspondientes. Tal era el sentido de coronaria ya en la primera edición del Diccionario de la lengua castellana (así se llamó), en 1729: La artéria: y también la vena particular del corazón. Es voz Anatómica.
En los días de pandemia y cuarentena que estamos viviendo, ha servido (en realidad sirve desde hace varios años) para denominar a una familia de virus como el Covid-19, que nos amenaza ahora.
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