Este vocablo, otro de los numerosos aportes del catalán al castellano, aparece en nuestra lengua en 1609, en el Vocabulario de Germanía, publicado por Juan Hidalgo. Proviene de fornir, que en catalán significaba ‘proveer’, ‘suministrar’, ‘abastecer’, en el sentido de ‘bien provisto de carnes y fuerzas’. Corominas observa que, en catalán más antiguo, se decía fromir, con el significado de ‘realizar’, ‘ejecutar’, y señala que es probable que estuviera emparentada con el franco frümjan, del que derivó la palabra alemana frommen, con el sentido de ‘ser útil, aprovechar, ejecutar’. De fornir procede también el verbo portugués fornecer ‘proveer’, ‘abastecer’, ‘suministrar’.
|