Grito de algunas aves, como el cisne, el ganso, el cuervo, la urraca o la gaviota, entre otros. Evidentemente, todas estas aves emiten sonidos que difieren entre sí, pero el vocablo alude a un conjunto de sonidos poco agradables al oído. Metafóricamente se usa también para referirse a un canto tan desentonado y desafinado que recuerda el grito de las aves mencionadas.
Graznido está presente en nuestra lengua por lo menos desde el Vocabulario de Alfonso de Palencia (1490):
Clangor: propria mente es son de trompeta o el graznido del ansar por esto clangere es sonar rezio
Proviene del verbo graznar, formado a su vez del latín hispánico gracĭnare que, según Corominas (1980) estaba vinculado con las palabras del latín tardío gracitare y gracillare, del mismo origen onomatopéyico que graculus ‘grajo’.
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