Antiguamente, algunas comunidades religiosas de Francia solían tomar decisiones con base en el voto de sus miembros, o en el de organismos pluripersonales, y lo hacían mediante pequeñas bolillas con diferentes colores, llamadas en francés ballotte, diminutivo de balle 'bolilla'. La palabra está atestiguada también en italiano en la segunda mitad del siglo XIII como ballotta.
En francés, el conteo de los sufragios de una segunda ronda de votación, cuando ninguno de los candidatos obtiene la mayoría absoluta, fue llamado scrutin de ballottage ya en 1816 (Trésor de la Langue Française informatisé). En español, el diccionario de la Academia registra esta voz por primera vez en su edición de 1927, como 'acción de balotar' y balotar, 'votar con balotas', aunque restringía su uso solamente al Perú. En la edición de 2001, la Casa madrileña afirmaba que balotaje era usado solo en Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay, pero a partir de 2014 se eliminó esa distinción diatópica y emplea en su definición el sintagma "algunos sistemas electorales".
¿Cómo debemos escribirlo en castellano? Es frecuente leer en la prensa barbaridades como *ballotage o *balotage, pero lo cierto es que las palabras del castellano que terminan en -aje, con a tónica, se escriben siempre con j. No existe en nuestra lengua la terminación -age, con dos excepciones, pero con a átona: hipálage y enálage, además del galicismo collage. La única forma correcta de escribirlo es, pues, balotaje, aunque ya no se usen las balotas.
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