Un bergantín era un navío de guerra medieval, de dos palos: el mayor y el trinquete, impulsado por velas latinas y remos, surgido en el siglo XIII. En el siglo XVI surgió una versión más moderna, sin remos, pero que por la gran superficie de sus velas podía llevar enormes cargas a gran velocidad. Las armadas lo adoptaron y le incorporaron piezas de artillería en cubierta para destinarlo principalmente a la lucha contra los buques corsarios en el Mediterráneo.
Este tipo de buque su nombre del de los brigantes ‘bandidos’, en el italiano del siglo XIII, que lo usaban para escapar de persecuciones. Los brigantes tanto podían ser ‘rebeldes’ como ‘personajes de mala vida’; en todo caso, personas al margen de la ley.
Los franceses construyeron este tipo de navíos y les dieron el nombre de brigantin, por los bandidos que los habían usado antes, y los mantuvieron en actividad hasta el siglo XIX, cuando las velas ya no podían competir con los motores a vapor. Del francés pasó al castellano como bergantín, voz que aparece con ya en nuestra lengua con ese nombre desde el siglo XV y es incorporado al diccionario Autoridades, de la Academia española en 1726.
|