En el culto a la diosa romana Vesta, se bebía vino en un vaso que era calificado como futilis, un adjetivo que significaba ‘que no se tenía en pie’. En efecto, el vaso se afinaba en su parte inferior, de modo que los bebedores se veían obligados a mantenerlo permanentemente en la mano para no derramar el vino. Futilis era el participio pasivo de fundere ‘derramar’, y se usó durante mucho tiempo para referirse al vaso sin pie o al líquido derramado. Sin embargo, en Cicerón y Plinio, futilis ya significaba también ‘vano’, ‘sin autoridad’, ‘frívolo’ o propiamente ‘fútil’ en el sentido que le damos hoy.
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