Gas incoloro, de olor irritante, soluble en agua, compuesto de tres átomos de hidrógeno y uno de nitrógeno, y también la solución acuosa de este gas al 35 %.
El gas amoníaco tiene diversas aplicaciones en la industria química y se utiliza también en refrigeración, con la ventaja de que, a diferencia del freón, no ataca la capa de ozono de la atmósfera terrestre. Además, su alto contenido de nitrógeno lo hace particularmente útil como fertilizante.
El uso más antiguo de este gas se vincula a la preparación de una goma resinosa, de olor bastante desagradable, que actuaba como expectorante. Los griegos y romanos conocieron esta resina de uso médico, a la que llamaron ammoniakós y ammoniacum, respectivamente, debido a que provenía de Libia, donde había un famoso templo erigido en homenaje al dios egipcio Amón.
En español se emplea tanto la forma diptongada amoniaco, como con hiato, amoníaco.
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