Esta hortaliza de la familia de las quenopodiáceas, de hojas comestibles, cuya denominación botánica es Spinacia oleracea, es de origen persa y fue introducida en Europa hacia el siglo XII. Su uso se expandió ampliamente a partir de la década de 1920, cuando se difundió una versión sobre su contenido muy elevado de hierro y de vitaminas A y B2. En realidad, la cantidad de hierro de la espinaca es apenas superior a la de la mayor parte de las verduras, pero esta creencia popular aparece respaldada por la Encarta y la Encyclopædia Britannica. Sobre la base de estos datos, el dibujante estadounidense Elzie Crisler Segar concibió, a partir de 1929, la fantástica historia del marinero Popeye, quien adquiría una fuerza sobrehumana con sólo ingerir un bocado de espinaca. Popeye fue un precursor de los superhéroes que surgieron pocos años más tarde en los medios norteamericanos. En el Diccionario español-latino (1495), de Nebrija, aparece apenas la siguiente mención de la planta: ‘Espinaca, ierva conocida. Spinanca’. El nombre original de la espinaca en lengua persa era aspanakh y pasó al árabe como isfinaj, que fue adoptado por el latín vulgar hispánico como spinachia.
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