Enfermedad metabólica que se caracteriza, entre otros signos, por la eliminación de orina cargada de glucosa (glucosuria). La dolencia, llamada Diabetes mellitus, es conocida desde muy antiguo.
Su nombre proviene del latín diabētes y este, del griego διαβήτης (diabētēs) que denominaba la enfermedad, pero significaba asimismo ‘sifón’. La palabra griega procede del verbo διαβαίνειν (diabainein) ’cruzar’, ‘atravesar’, ‘pasar’, que se deriva, a su vez, de βαίνειν (bainein) ‘ir’, ‘venir’.
En muchos lugares, es frecuente en el habla popular la forma diabetis, por confusión con el sufijo -itis ’inflamación’, presente en apendicitis, hepatitis, por ejemplo. Mellitus significa en latín "endulzado con miel", en alusión al sabor dulce de la orina de los diabéticos debido al exceso de azúcar.
El origen de la enfermedad permaneció desconocido durante mucho tiempo, hasta que Paul Lagerhans, en el siglo XIX, descubrió en el páncreas unos grupos de células, conocidas hoy como islotes de Lagerhans, que el investigador creyó vinculados a la diabetes. Pero fue solo a comienzos del siglo XX cuando se determinó que en esos islotes se produce una hormona llamada insulina, la sustancia que regula el nivel de azúcar en la sangre. En 1922 se pudo tratar por primera vez con insulina a un paciente de diabetes.
También se llama diabetes a otra enfermedad de etiología diferente y con síntomas distintos, la diabetes insipidus, que se caracteriza por producción abundante de orina debido a un trastorno en la hipófisis, pero sin exceso de azúcar; no obstante, la diabetes mellitus es, con mucho, la más frecuente y conocida.
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