El objetivo del fútbol o balompié es, como se sabe, introducir el balón tantas veces como sea posible en la meta custodiada por el equipo rival y evitar que éste lo haga en la nuestra. La propia meta de cada equipo se llama gol, palabra proveniente del inglés goal ‘meta’, ‘objetivo’. Sin embargo, por extensión, también se llamó goal --y en nuestra lengua, gol-- al acto de introducir la pelota en la valla adversaria. En español, sin embargo, gol es menos empleado que en inglés como equivalente de meta; se prefieren indistintamente las palabras meta, arco, valla y portería para designar el lugar que, entre tres maderos, es cuidado por el portero, mientras que gol se reserva más bien para el acto de vencer al guardameta introduciendo el balón en ese espacio de 7,32 m de largo por 2,44 m de alto. El vocablo inglés se usaba en el siglo XVI en textos de esa lengua para denominar la línea de llegada de una carrera. Subsisten algunas dudas sobre la historia anterior de este término. En un texto británico del siglo XIV aparece en inglés gol con el significado de ‘límite’, palabra que algunos etimólogos vinculan con goelan, un vocablo del inglés arcaico que significaba ‘obstáculo’, denotación no demasiado alejada de la noción de ‘límite’ y aun de la de ‘meta’.
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