Es una mentira o noticia fabulosa, cuyo origen es pura invención. Los pastores tienen fama de mentirosos, tal vez sólo superada por la de los pescadores, como nos demuestra el origen de esta palabra, que en la obra de Juan Manuel El conde Lucanor (1335), aparecía como pastraña, con el significado de ‘noticia fabulosa’: Por esto diçe la pastraña vieja ardida non ha mala palabra sinon es a mal tenjda veras que bien es dicha si bien fuese entendida entiende bien my dicho. Dos siglos más tarde, el dramaturgo extremeño Bartolomé de Torres Naharro la utilizó por primera vez bajo la forma actual en su Propaladia. Según Corominas, la pérdida de la letra s habría sido causada por influencia del vocablo patarata ‘cosa ridícula o despreciable’. Pastraña se originó a partir del latín pastoranea, que significaba ‘fábula propia de pastores’ --del latín clásico pastor ‘pastor’, con raíz en el indoeuropeo pa- ‘proteger’, ‘comer’-- y tenía un sinónimo usado en el siglo XIII, pastrija, que se perdió en el tiempo, pero que aparece en los poemas de mester de clerecía de Gonzalo de Berceo. Pastrija se derivaba del latín pastorilia, con el mismo significado.
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