En el español antiguo, esta palabra significaba todo aquello que era necesario en una casa: muebles, utensilios y adornos. Con el andar del tiempo se fueron imponiendo palabras más específicas para designar muebles y enseres, y se reservó para alhaja, el significado de ‘joya y adorno’. La palabra proviene del árabe hispánico al-Haga, derivado de la raíz prehistórica h-w-y, que para los pueblos indoeuropeos denotaba ‘todo lo necesario’. Por tanto, cuando se habla de alhajar una casa, no se trata de llenarla de joyas, obviamente, sino de dotarla de todo lo necesario.
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