Mazmorra, a veces un pozo bajo tierra, donde se encierra a determinados presos para tenerlos más seguros que en una celda común. También llevan ese nombre, en las cárceles y cuarteles, las celdas especiales destinadas a aislar a los presos que están incomunicados.
El vocablo está incluido en el Vocabulario de Nebrija con la grafía calaboço, que se corresponde con el portugués actual calabouço. Corominas (1980) observa la semejanza con el sardo calavoju o calafoju ‘foso’, ‘derrumbe’, ‘barranco’.
La palabra tuvo origen en el bajo latín hispánico calafōdium, formado por composición con el prerromano cala ‘cueva’, ‘lugar protegido’ y el latín fŏdĕre ‘cavar’.
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