La aporofobia (del griego αποροσ(á-poros) 'sin recursos, indigente, pobre' y φοβοσ (fobos) 'miedo' se refiere al temor y rechazo que ciertas personas experimentan con relación a la pobreza y a las personas pobres.
Su empleo se sintió como una necesidad cuando, hacia 1990, se percibió que era necesario un término que diferenciase este fenómeno de la xenofobia 'miedo o rechazo a los extranjeros'. En efecto, la mayoría de las personas que parecen rechazar a los inmigrantes, los acogen de buena gana cuando se trata de personas que tienen una buena situación económica. Es algo parecido a lo que ocurre en Brasil con el racismo. Mucha gente parece odiar a los negros por su condición de tales, pero se muestran bien dispuestas para con ellos cuando se trata de personas que han logrado una buena situación económica y social. Lo que se rechaza, pues, no son los afrobrasileros sino los pobres.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha merecido recientemente la calificación de aporofóbico por sus políticas de cancelar los beneficios a los menos favorecidos y de otorgar privilegios y exenciones tributarias a las empresas y altos funcionarios. Al mismo tiempo, se propone privatizar las universidades públicas, que son gratuitas, para que solo accedan a la enseñanza superior quienes pueden pagar por ella.
El diccionario de la Academia Española define aporofobia, con marca de "cultismo" como 'fobia a las personas pobres o desfavorecidas'. Esta inclusión en el diccionario es reciente y posterior a la última edición en papel, de 2014, por lo que solo figura en la versión digital del diccionario.
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